sábado, 25 de diciembre de 2010

Una bonita leyenda medieval: Lady Godiva

Hemos oído muchas veces contar la historia de Lady Godiva , en la que se entremezclan algunos elementos históricos con los más hermosos trazos de una leyenda medieval.

Se puede decir que fue la primera mujer de la historia que intervino de forma conocida - y harto peculiar - en la regulación y recaudación de impuestos.

Sea leyenda o historia, lo que parece indubitado es que aquella noble sajona sí existió en el siglo XI, tal y como queda constatado en las crónicas de Florence de Worcester.

Su nombre, Godiva, parece que se remonta, en su origen en idioma sajon, a Godgifu ó Godgyfu quiere decir Gift of God («regalo de Dios»);

Según cabe deducir de los datos disponibles, Lady Godiva vivió en la Inglaterra de Eduardo el Confesor, (1042-1066), rey de Inglaterra . Fue la esposa de Leofríc, conde de Chester y de Mercia y señor de Conventry, con quien se había casado hacia el año 1040.

El conde y señor fue afortunado en las guerras y obtuvo recompensas del Rey. Acumuló una gran fortuna que supo hacer crecer hasta el punto de convertir a Coventry en una de las ciudades inglesas mas prosperas en el comercio de lanas y textiles.

Según las crónicas, el conde Leofric fue un buen administrador dispuesto, incluso a colaborar a embellecer sus territorios con construcciones religiosas. De hecho, está demostrado que financió la construcción del Monasterio Benedictino de Coventry, sobre el que, unos cincuenta años más tarde de su construcción, se levantó la primera catedral de la zona: el Priorato de Santa Maria, en donde está enterrada Lady Godiva

Sin embargo, parece que también queda demostrado que el Conde para obtener recursos con los que hacer frente a este tipo de gastos y otros no tan artísticos, iba incrementando la presión recaudatoria de los impuestos sobre sus siervos

El pueblo de Coventry se ahogaba bajo los impuestos. Las súplicas para reducirlos fueron ignoradas por el conde de Mercia, encargado de reclamarlos en nombre del Rey. Ante los peticiones del pueblo, la respuesta fue una nueva subida en dichos impuestos.
De acuerdo con el cronista del siglo XIII Roger de Wendower, que relató la historia de Lady Godiva dos siglos después de que aconteciera, Godiva rogó a su cónyuge que disminuyera los impuestos que abrumaban a los habitantes de Coventry.
Según la versión de este cronista medieval, parece que, en vez de desanimarse por la negativa inicial de su marido, Godiva siguió insistiendo en el tema, hasta que el conde, con el objetivo de deshacerse de la absurda petición de su insistente esposa, accedió, pero con la condición de que Godiva atravesase desnuda las calles de la ciudad.

Era una condición que le pareció suficientemente imposible de cumplir, por lo pensó que esta descabellada apuesta le liberaría de negar a su esposa lo que con tanta perseverancia le rogaba.

Sin embargo, Godiva, en un gesto que resulta inconcebible en el marco histórico en el que se desarrolla, parece que aceptó el reto y cumplió la condición.

Llegados a este punto de la leyenda, existen distintas versiones sobre como discurrió el paseo a caballo. Unos afirman que, los habitantes de Conventry, impresionados por la solidaridad y el sacrifico de su señora, se juramentaron para encerrarse en sus casas y cerrar las ventanas con el objetivo de que el pudor de la dama no se viera ofendido.

Otros, narran que fue el propio Conde, viendo la resolución de su esposa a cumplir lo prometido, quien dio esa orden a todos los habitantes de Conventry , bajo seria amenaza de severo castigo.

Sea como fuere, el caso es que Lady Godiva cabalgó desnuda - cubierta tan solo por su larga cabellera - por el mercado de la villa vacía, sin ser observada por nadie ( a excepción hecha de un sastre fisgón, cuya figura pasó al folklore popular como Peeping Tom).

El conde de Mercia no tuvo más remedio que acceder a las peticiones de su esposa.

Hasta aquí la leyenda, ahora la cruda realidad: hay que advertir que según las primeras referencias escritas relativas a esta dama y los resultados de algunos estudios llevadas a cabo por profesores de Historia Medieval, la bella Lady Godiva nunca hizo el famoso paseo a caballo, y menos desnuda, por el pueblo.

Según el Harvard Magazine 2003, el profesor Daniel Donoghue concluye en su tesis:" que doscientos años después que fallece lady Godiva los monjes Benedictinos añadieron una pieza narrativa en las historias latinas" y nace la leyenda de Lady Godiva, sin fundamentos, y con intenciones reservadas.

Aunque sea una leyenda creada por la imaginación de los monjes Benedictinos, hay que reconocer su belleza y el enaltecimiento de los valores de compasión y sacrificio, valentía y decisión de una mujer ante la injusticia, que utiliza el sentido de pertenencia que sobre si misma tiene su esposo para forzarle a actuar a favor de quienes lo necesitan...

Quedaba algún tiempo para que aparecieran Las "cartas" que restringían los poderes fiscales. La primera fue suscrita por Juan sin Tierra y no es otra que la Carta Magna, firmada el 15 de junio de 1215, en la que se consagraba el principio "no taxation without representation" (no habrá impuestos sin que los voten los representantes).

No parece necesario recordar que Juan sin Tierra se vio forzado a firmar cuando, después de incrementar el tributo a la tierra (tallage) y el que permitía evitar el servicio militar a favor del rey (scutage), fue derrotado por los barones en Runnymede, en las afueras de Londres.

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