miércoles, 24 de noviembre de 2010

Pequeña entrada para un gran viaje

El faraón de la XXVI dinastía conocido como Necao (610-595 a. C.) ha pasado a la Historia por ser el promotor de la primera circunnavegación del continente africano.

Este príncipe saita reconquistó Siria y Palestina para el Imperio egipcio pero fue vencido por Nabucodonosor en Karkhemish. Dirigió sus esfuerzos, entonces, hacia la política naval. Primero inició la construcción de un canal para unir el Mar Rojo con el Nilo.

Durante las obras murieron 120.000 egipcios y no llegaron a finalizarse, ya que un oráculo anunció que estaban trabajando para el bárbaro.

Tras abandonar la construcción del canal, Necao se dedicó a potenciar su marina, creando dos flotas, una en el Mediterráneo y otra en el mar Rojo. No dudó en contratar técnicos fenicios y egeos para la construcción de las trirremes. Decidió encomendar la tarea de rodear el África a unos marineros fencios.

“ Partieron los fenicios del mar Eritreo (mar Rojo) e iban navegando por el mar del Sur; cuando venía el otoño hacía tierra, sembraban en cualquier punto de Libia en que se hallaran navegando y aguardaban la siega. Recogida la cosecha se hacía a la mar; de suerte que pasados dos años, el tercero doblaron la columnas de Herakles y llegaron a Egipto. Contaban algo increíble: que navegando hacia el sur llevaban el sol a su izquierda y, de pronto, un día lo tuvieron a la derecha, así hasta que llegaron a las columnas de Herakles donde volvió a estar a su frente.”

Esto lo escribió Heródoto en sus libros de Historia. Este periplo se tuvo por apócrifo durante cientos de años, justamente por la frase que más demuestra su veracidad: el haber tenido el sol a la derecha, es decir, al Norte, confirma su navegación por el hemisferio Sur.

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